Entradas

Tu naricita

No sabía cómo comenzar a escribir pero alguien me dijo que tenía que decirte todo lo que siento para dejar de llorarte.  Te quise sí y te quise de verdad y el dejarte ir fue una de las pruebas de amor más grande que me puso la vida.  Cuando la prueba dio positivo me senté en el baño una hora a llorar, pensaba ¡carajo! ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo soy tan pendeja? Y sí, me dio miedo. No me dio miedo aquel pocos huevos que dijo que igual y ni era suyo, tampoco me dio miedo la sociedad, me dio miedo que sabía que no iba a darte la vida que te merecías, no por un tiempo al menos, que no podía darte una familia y no podía ofrecerte tanto amor porque en ese momento ni hacia mí lo tenia...me dio miedo.  Cuando lo hice me dolió tanto que sentí que me lo merecía, me merecía el dolor por hacer eso y me merecía llorar no uno si no varios días, calladita en mi cuarto porque la decisión fue mía  Con el tiempo he ido sanando, poniendo curita tras curita y  no, lo que me duele día tras día no

Me llamo Cassandra.

Mi nombre es Cassandra y a veces no hago otra cosa que beber alcohol, especialmente alcohol barato. Mis gustos son tan variados como infinitos; Tengo tanta debilidad por las frutas y los cuerpos que no sabría elegir fácilmente entre un kilo de aguacate o alguien desnudo en mi alcoba. Fumo mucho, fumo tanto que a veces he llegado a pensar que lo hago para ahogar al último amor que todavía cargo en el pecho, por supuesto, suponiendo que no ha muerto, que no lo he matado.   Me gustan tantas cosas como las que no; podría hacer listas y no sé cuál sería más inmensa. Por ejemplo: me gusta el sexo, las peliculas, amo el café hirviendo, el olor de los libros viejos, los tatuajes, los vestidos cortos, el mar cuando está picado, el otoño, el abecedario, etcétera. No me gustan las personas que se creen el alma de la fiesta porque me restan atención, no me gusta no ser correspondida, ni el calor, la nutella, la cerveza o Pablo Neruda, detesto los besos sin amor y la pornografía. Ah, y admiro

Hombres

Siempre me he sentido más cómoda entre hombres. Soy como una niña con carácter de cabrón de barrio. Amo su simpleza. No son tan complicados como nosotras las mujeres Los hombres son criaturas que solucionan el conflicto a golpes y con una cerveza. Las mujeres tratamos la forma más “diplomática”, esa en donde hablamos mal de la otra con quien tenemos el problema, donde empezamos una bola de nieve interminable de chismes, miradas y malvibrosidades sin sentido. “Pinches viejas liosas”, diría mi padre.  Los hombres son directos: tienen un problema, te lo dicen; no tienen problema: les vales 4kg de verga. Las mujeres somos confusas: tenemos un problema, somos hipócritas; no tenemos un problema: somos más hipócritas. Los hombres toman cerveza y hablan de deportes, de viejas, pedas y trabajo. Las mujeres toman café y hablan de amores fatales, de amores pasajeros, de amores intermitentes, de amores inexistentes, de otras mujeres y de otros amores inclasificables. Valen verga. Los hom

Ella.

Estoy enamorada y es la primera vez que no tengo miedo. Supongo que será porque si dejo caerme desde el cielo, sé que en la tierra estarán esperándome un par de manos: las tuyas. Hoy vengo a usar todos nuestros gustos como arma para quedarnos tan cerquita que si nos alejamos un poquito, aún escuchemos nuestros latidos. A ambas nos gustan los besos y las flores, y el azul, y hacer el amor con música de fondo. A mí me encanta la pasta y ya sé que a ti también, ¿pero sabes qué? Tú me gustas todavía más. Y ya sé que nada qué ver por ahora, pero antes de olvidarlo quiero escribirte que me pregunto si todas las personas que son felices también sentirán el mismo hervidero que siento yo. Porque lo mío es algo así como un volcán burbujeando lava incluso cuando estoy contigo, ahí tan cerquita. O el olor de las golosinas que tanto me gusta,  ¿pero sabes qué? El olor de tu espalda me gusta más todavía. ¿Alguna vez te he dicho lo bonita que te ves después de hacer el amor? Tal vez no po

El amor no existe.

Nuestro problema radica en que creemos que el amor es algo que debe llegar solo. También en que algunos otros piensan que no existe. Nadie ha entendido que el amor es una elección. Elegir compartir con alguien tus días, tus sensaciones, tu tiempo, tu vida. No es una ambición, no es algo que deba llegar por sí mismo, es una elección, una opción de vida. Es un compromiso, es querer tener a esa persona contigo y cuidarla. El amor no existe como tal. Creo firmemente que el amor es algo que dos personas deciden crear juntas en forma de compromiso. El amor no existe, hasta el momento en que dos personas, deciden estar juntas por decisión propia, para quererse y compartir sus días, en ese momento para ellos, ya existe el amor. Ambos lo crearon. Para que exista el amor debe morirse el egoísmo. Debes sentir esas ganas de gastar los días, las horas, los minutos con esa persona. Entender también que ante todo eres un ser libre, pero eso no te da derecho a traicionar a quien quieres. El amor

Y perdón la hora, pero no aguanté las ganas.

Hace un rato vi una película y me entró la nostalgia. Te hablé por teléfono. Ya sé, ya sé que estabas ocupada, ¿pero qué hacía, a ver? La cosa es que la protagonista de la película viaja al rededor del mundo para descubrirse y encontrar su equilibrio emocional; me pareció tan similar a ti que me enamoré. No te rías. Ese no es el punto, y no me distrai gas. La chica de la película deja todo —incluso el amor—, por su estabilidad. Y qué sé yo, no la culpo. Miento, sí la culpo, pero me entró más nostalgia, ¿qué te digo, a ver? Ya sé que dirás "Es una película, ni te apures", pero yo adoré el guión, y con eso es suficiente. Y qué importa, eso también me gustó de ti. Y está bien. Y tú también apostaste por ti y por mí, así que quédate a escuchar, que ya casi termino. Te amo, mujer. Y si me dejas lo primero que haré será llorar. No, no es una amenaza, sabes que eso de llorar siempre se me ha dado bien, ¿a quién engaño, a ver? Te amo. Y puedes irte, yo también puedo irme, lo sé. Tam

Si.

Y si me pinto el pelo de rosa y comienzo a cambiar, y si me vuelvo otra persona y aprendo a volar. Y si dejo de fumar menos y comienzo a fumar más, y si te olvido y me olvidas y nos dejamos en paz, y si mañana ya no soy yo y hago todo lo que siempre he querido, y si en vez de subir escaleras aprendo a volar, sonreír a extraños, gritar cuando me dé la gana, cocinar sin lavar los platos, comer si quiero con las manos, pisar el pasto sin ropa, nadar en un vaso de tormentas, y si comienzo a ser feliz al llorar, a no respetar las reglas -ni las mías-, y si comienzo a vivir y dejo de temer, y si me voy al borde del cansancio y me tiro al vacío, y si no entiendo nada y me equivoco despacio, y si cierro los ojos y abro las manos, y si doy dos pasos y en vez de cansarme sigo, y si te amo y en vez de callarme lo digo, y si tengo frío, y si nunca más duermo y mejor escribo, y si rompo una ventana, y si no hay mañana. Y si hoy revivo.